lunes, 5 de julio de 2010

EL ABOGADO DE LOS IMPUNES

Que un régimen nacionalista y socialista, cercenador de derechos fundamentales, conceda a alguien la medalla oficial del sistema debe, de entrada, ponerte en guardia ante el condecorado. Y cuando se comprueba que ese condecorado, en este caso August Gil Matamala, es quien asesora a éstos de los pseudoreferéndums, no haces sino confirmar las sospechas.
Pero es que lo suyo ha sido siempre defender a los criminales, como abogado que es, claro. Ya lo hizo con los terroristas de Terra Lliure y con los batasunos del Moviment de Defensa de la Terra. Ahora no hace sino seguir la estela.

August es de los que califican el terrorismo vasco, es decir a la situación de una banda de asesinos que matan y extorsionan a ciudadanos inocentes, de 'contencioso', y defiende una 'salida negociada', o sea, algo así como 'yo, el asesino, te dejo de matar y tú, la víctima, me das lo que yo pido'. Muy justo. Y es de los que se invisten de las mejores palabras (europeo, democrático, progresista...), quizás porque sus hechos dicen lo contrario.
En su currículo figura que fue el fundador de la Comisión de Defensa de los Derechos de la Persona del Colegio de Abogados de Barcelona, que equivaldría a que alguien constituyera una Comisión de Curadores de la Persona dentro del Colegio de Médicos... Es decir: un cuento dentro del cuento de las instituciones, una farsa política más para vestirse de icono activista y ganarse los réditos mediáticos.

August se llena la boca y los escritos de derechos humanos y de derechos ciudadanos para socavarlos desde las altas instancias que frecuenta. Otros nacionalsocialistas anteriores a él hacían exactamente lo mismo. Apelaban, como él, a los derechos de los pueblos, porque así las personas quedaban automáticamente desposeídas de derechos. Es el sujeto que deshumaniza a quien no se mete en su saco.
Jugó la baza internacional del romanticismo vasco cuando en Europa todavía creían que aquello era un nuevo capítulo de Hemingway, y no la salvajada del asesinato con el tiro en la nuca y el coche bomba. Es decir, sabiendo la monstruosidad del terrorismo de ETA y Batasuna, engañó a la progresía europea con los términos de la descolonización y los 'mártires' de la libertad.

Este August ahora viene a asesorar y legitimar a este 14 por ciento para imponer la independencia de Cataluña, aunque la inmensa mayoría no la quiera. Este August es el demócrata y adalid de las libertades, pero sólo de las suyas y a costa de las de los demás. Y este August es el de la Creu de Sant Jordi, símbolo ahora para muchos de la imposición, la injusticia y la ignominia.

1 comentario:

  1. Ya era hora que alguien dijera las verdades de estos siniestros personajes. Le felicito.

    ResponderEliminar