viernes, 2 de julio de 2010

LA INCOHERENTE COHESIÓN NACIONALISTA

Resulta fascinante la ramplonería en la que se mueve la oligarquía nacionalista y su corte de paniaguados. El discurso que viste sus imposiciones daría risa si no fuera doloroso para quienes las padecen.
Las élites manejan el término 'cohesión social' para justificar la imposición del catalán y la prohibición del español en las escuelas, que es tan lengua propia como el catalán porque lo hablan por lo menos la mitad de los catalanes. La cohesión social exige que todos los partidos políticos reverencien el nacionalismo. La cohesión social exige celebrar las mismas fiestas y relegar las que se comparten con el resto de España. La cohesión social exige una televisión y una radio nacionales. Pero la cohesión no se la aplican a ellos mismos los independentistas tan inflexiblemente, cayendo en la incoherencia y la hipocresía más burdas o en la falta de patriotismo catalán.
Porque, si se trata de mantener las esencias comunes sacrificando los rasgos 'impropios' de esta sociedad, ¿cómo habría que considerar el independentismo, afán que se está demostrando que sólo profesa el 14 por ciento de la población? ¿No habría que zanjar este objetivo para fortalecer la cohesión de la sociedad catalana, en su gran mayoría ajena a él? ¿No sería el independentismo una idea 'impropia' de Cataluña?
Obviamente, aplicar la lógica al torpe discurso nacionalista, gestado desde la inquina, el ensimismamiento y la emotividad, conduce al absurdo. Y a esta situación irracional y absurda vivimos todos sometidos todos los días para beneficio de la oligarquía y sus paniaguados.

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