jueves, 1 de julio de 2010

LOS POLÍTICOS DE LA VERGÜENZA


El penúltimo impulso para acelerar la ruptura definitiva con las instituciones nacionales y evitar las engorrosas justificaciones ante un (todavía) poder superior, están siendo las consultas por la independencia. Pero lo bueno es que con este despropósito todos salen retratados. Desde los gestores, vinculados a la élite financiera y a la burguesía más rancia, hasta los políticos mediastintas y mediocres, acobardados ante el pensamiento único que impone la oligarquía.
El sr. alcalde de Sabadell, Manuel Bustos, se ha visto atrapado por la torticera estrategia del PSC, que vive del voto obrero y castellanohablante y sin embargo se pliega ante ese cuadro psicodinerario del Síndrome Montilla. Y Bustos se ha plegado ante las exigencias de la oligarquía local cediendo equipamientos municipales y hasta las urnas para votar a la plataforma local por la independencia, una propuesta claramente ilegal.
Pero lo bueno es que ante este flagrante delito de prevaricación el PP no ha dicho ni mú. Será para no enardecer a las hordas independentistas, tan contentas con las benevolencias de Bustos el constreñido. Lo cierto es que Jordi Soriano y Patricia Martínez, los dos ediles populares, ni se han movido en estebochornoso asunto. ¿Por qué? Por comodidad. Porque día a día deben tratar con el establishment y no les apetece quedar como los apestados con los que nadie quiere hablar, con los que nadie cuenta, con los que hay que eliminar. Olvidan Soriano y Martínez que el fanatismo no considera a quienes no se le oponen, sino que los barre en cuanto tiene ocasión. Y olvidan también que sus votantes les eligieron, precisamente, para combatir ese fanatismo y si no cumplen con su responsabilidad, empiezan a no ser nada ni nadie, salvo un par de gorrones, a los que las bases de su partido están intentando desde hace tiempo quitarse de encima.
Porque el resto de formaciones se ha comportado con la deslealtad a la legalidad vigente, que es la que los sustenta, que se esperaba. Respaldo absoluto, aunque desde una aparente distancia para que no se note y parezca que es la sociedad civil la que se mueve. Sin darse cuenta que esa nueva realidad de la independencia lo primero con lo que acabaría es con este statu quo, es decir, con el vigente sistema de partidos, con lo que estos políticos aprendices de brujo se verían en el nuevo amanecer en la cuneta...

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